6 de septiembre de 2005

La OPA

Gas Natural presentó ayer una Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre el 100% de Endesa y todo el mundo se ha lanzado a apuntar el impacto negativo que esta compra tendrá sobre la competencia. Entre los que más se han lanzado está, cómo no, el PP, que además apunta conspiraciones judeomasónicastripartitocatalanas.

Pero, ¿qué es más importante para el PP: la defensa de la competencia o evitar que La Caixa controle la mayor empresa del sector eléctrico?

En febrero de 2001 el Gobierno del Partido Popular autorizó una fusión de Endesa e Iberdrola, dos empresas competidoras en el sector eléctrico que, unidas, hubiesen controlado el 80% del mercado de la electricidad. La fusión, que no llegó a buen puerto, debía garantizar que la nueva empresa formada por Endesa e Iberdrola no superase el 42% de la cuota nacional de generación, ni el 48% del mercado de distribución, ni el 40% de la comercialización.

Gas Natural comercializa un 7,4% de la electricidad liberalizada, genera un 3,8% de la producida y no parece que la distribuya. Endesa comercializa un 36,6% de la electricidad liberalizada, genera un 38% de la producida y distribuye al 44,5% de los clientes a tarifa regulada. La suma de éstos datos es la que el Tribunal de Defensa de la Competencia y la Comisión Nacional de la Energía analizarán con lupa para emitir su informe. Y para evitar problemas de competencia, Gas Natural ya ha anunciado que Iberdrola, la número dos del sector eléctrico, se quedaría con un 20% de los activos del grupo resultante en Italia, Francia y España, valorados entre 7.000 y 9.000 millones de euros, a la vez que ofrece desprenderse de 1,25 millones de clientes.

Parece que los números encajan en las condiciones impuestas por el Gobierno en 2001. Y, como seguro que ya conocian estas cifras, el actual Gobierno se ha adelantado a decir que "no va a poner impedimentos" a la operación, siempre que cumpla dos condiciones: contar con el visto bueno del Tribunal de la Competencia y de la CNE y "respetar los intereses de los consumidores".

Sin embargo, el PP, en boca de Miguel Arias Cañete, ha argumentado que la OPA "podría poner en serio peligro el equilibrio competitivo de los mercados y los intereses de los consumidores". Según Arias Cañete, la operación supondría una "concentración sin precedentes" en el mercado energético, con los tres operadores dominantes bajo el control de La Caixa. Vaya, ahora los criterios de concentración pasan de ser exclusivamente relativos al negocio de las empresas a relacionados con la identidad de los accionistas mayoritarios. Pero no queda ahí la crítica. Eduardo Zaplana calificó la operación de "sospechosa" y que cree responde al pago de un "precio político" al tripartito catalán. "La operación se cae por su propio peso desde el punto de vista político, económico y estratégico, no se sostiene, y la única explicación es el pago de facturas políticas", añadió. Para Zaplana, si esta OPA prosperara, las decisiones sobre el petróleo, el gas o la electricidad estarían en manos del tripartito catalán.

Pues, como decía Jesús Cacho en su artículo de El Mundo: "[...] el PP haría mal en sacar a relucir el fantasma político de las Cajas, y peor aún enarbolar banderas nacionalistas ligadas a La Caixa, porque fue el Gobierno Aznar el que animó a los gestores de las Cajas a entrar a saco en el capital de las grandes empresas, como una forma de asegurar el éxito de las privatizaciones llevadas a cabo durante su mandato."

Besos

eStupefactus